En aquel viejo arbusto; donde las mariposas
zigzaguean siempre en el mismo arrebol,
la Niña dibuja un flamante árbol
tarareando una lejana tonadilla de rosas.
Los colibríes de la campiña con ansias esperan
acurrucados en aquel viejo arbusto, cada mediodía.
Su alegría incólume de Niña, les renueva de noche y de día
por eso las avecillas, impaciente la esperan.
Un velo gris cubrió todo el firmamento.
En un pasillo donde moran musarañas deshojaba margaritas
la niña de la sonrisa Azul. Siempre recordando con delicadeza
aquel día sombrío, en que su candidez de niña fue arremetida,
como miel a abeja, por una caterva de lobeznos sin remordimiento.
Tenía la mirada lacrimosa; su alegría de niña,
que era como una aureola, ya no le acompañaba.
Las avecillas al verla en un llanto sin límenes, hicieron un ruego
genérico arrimados en aquel viejo arbusto, a su eterno hacedor.
¡Dios, ayúdala a recuperar su alegría incólume de niña…!
En aquel viejo arbusto; donde las mariposas
zigzaguean siempre en el mismo arrebol,
descansa la niña de la sonrisa Azul, junto a su flamante árbol.
¡La niña de la sonrisa Azul, desde su eterno lecho de flores,
canta, cada mediodía, una lejana tonadilla de rosas.!
Hasta siempre Amiga…
┼MMNT┼