Analizando el recorrido de mí andar,
Me di cuenta que había estado
llena de obstáculos,
Y desvíos de caminos
por el cual a ciegas pasaba,
Sin darme cuenta
que el mejor camino era hacia ti.
Cuando de reojo volteaba mi rostro
y veía que ahí estabas tú,
Más sin embargo continuaba
en el camino de la oscuridad,
Hasta que caí en un pozo de desesperación,
Y ahí estabas Tú, una vez más,
Pacientemente te espere,
Y te inclinaste hacia mí,
Escuchando mi clamor,
y con tu rostro sonriente,
Iluminando mi vida,
Me sacaste del pozo cenagoso
Y enderezaste mis pasos,
Libraste mi alma de la muerte,
y mis ojos de lagrimas,
Ayudándole a mis pasos a no volver a resbalar.
y escuchando tu palabra
te convertiste en la luz de mi camino.