Que nos dejan sus flores,
en un fatal otoño.
Sobre la virtudes del verso.
O la nada quizás, virtudes.
Esperar ese corto camino.
Que correremos deprisa,
donde no hay luz ni brisa,
Sonrisas de un verano.
Tristeza de un invierno,
Final de nuestra meta,
para regresar,
Y la brisa del mar.
En esta noche estrellada,
Con la influencia de la luna.
Dos cuerpos parecían uno,
abrazados en silencio.
Solo el rugir de las olas,
Era testigo de los besos,
de las caricias íntimas.
Entregados por entero.
Sin reservas.
Fue el amor de un día,
el placer de un momento,
Tal vez de la nada.
Tal vez detrás de un verso,
Quedó solo el susurro,
de un adiós sin lamentos
Desplegando sus alas,
Como golondrinas,
van cantando felices,
sobre las fuentes y las flores.
Copyright © 2010 - Ramiro Álvarez Cedeño.