Ella
me empuja con vital energía.
Ella
me guía de la mano ¡con tanta ternura!
Ella
conoce mis secretos,
secretos pensados en voz alta
como símbolo de desahogo
secretos contados por mi mano
secretos vivos y palpitantes en la realidad.
Con una sola palabra suya
ella
me vuelve al Reino de la vida.
Su alma es ¡tan bella!
tan serena, tan dichosa
que parece un ángel del cielo en la tierra.
Ella
me da la serenidad que tanto necesito
me da aplomo.
Ella
nos tiende su inocente mano
en su inocente corazón
¡tan divino, tan humano!
Ella antes,
ella ayer,
ella hoy,
ella mañana,
ella siempre.
¡Gracias por existir lindo tesoro,
hermosa creación,
bellísima piedra preciosa,
belleza
inigualable en todas las cosas de la tierra.
Ella
se entrega en dulces renglones de bondad,
con sus huellas imborrables como nadie.
Ella lo es todo
las estrellas del cielo son su hogar
apasionadamente la quieren como amiga
el explendor del cielo es su morada.
¿Puede existir otro mejor lugar
para acoger en brazos a semejante persona?
Las estrellas del cielo son su sombra
y el mismísimo cielo su luz.