Hasta esa pura noche que te vi por vez primera, no tuvo el alma mía dicha y alegria, esa noche en la que apareciste en mi vida, clavando una diana certera. Mi corazón que enciende en ti la luna con toda la belleza de una pasíon como no hay ninguna, me hacen soltar lágrimas de honda emoción. Magia entre nosotros, deleite, aunque entre las sombras, ni lo nombras, aquel amor soñado y verdadero que nunca creimos conseguir, y a la vez es tan cierto que siempre nos pareció el sueño mas distante y dificil de conseguir. Si, amor, así empezó todo aquello, de esta manera lo vió mi corazón de niña, cuando te conoci como cielos los ojos se me abrieron, se alzaron negros desde aquellas torres cándidas, inocentes, por el iris de tu sueño, así fue nuestro petalo de cielo, nuestras dos almas se encontraron, en un principio fuiste solo un amigo, un compañero de juegos, así comenzaron aquellas dianas a la tranquila luz de mil estrellas, así comenzó todo, y poco a poco sali por la puerta hacia tu centro, cada vez teniamos mas ganas de sellar nuestro compañerismo con un beso, y entre noches locas, risas, juegos de palabras intercambiadas, copas, dardos, y compartiendo sueños pasamos de la amistad a una pasión de loco desenfreno, mas tarde apareció lo que nuestro corazón descubrió, que también nos queremos. Hasta que apareciste en mi vida, lucero de mi corazón no me senti una mujer tan especial y tan querida.