POR UNA DOSIS DE ALPISTE

Canta el gorrión y no entiendo porqué si está prisionero,y canta igual el jilguero bajo el mismo dividendo. Mi libertad no la vendo por una dosis de alpiste; pero el amor que me diste fue para mí tal prisión que goza mi corazón desde que tú lo prendiste. Empero no me importó cantar y ser prisionero como el gorrión o el jilguero cuyo cantar me inspiró y fui tu preso y cayó mi convicción por los suelos y en tus rejas mis anhelos pude a mi gusto lograr para en tus brazos estar como bendito en los cielos. Hoy que te fuiste de mí sigo soñando cadenas y barrotes y condenas que aún me ligan a ti. Es tanto mi frenesí de seguir encadenado, que estando ya liberado con tal ternura me heriste, que con mi dosis de alpiste me siento más que pagado. Heriberto Bravo Bravo