Me adentre en el bosque, hechizado,por el perfume de las, flores. Por cantos y trinos de aves, de mil colores. Deje mi mente descanzar, con el suave verdor de la floresta. Sin saber como frente, a una hermosa cueva me encontre. Era tal su hermosurra, que asombrado quede. Estalagmitas y estalactitas, columnas de piedra gris. Su brillante boveda,un cielo, parecia. Al fondo un pequeño rio corria, de peces de mil colores, de brillante agua cristalina. En ella sacie mi sed. Dormido me quede y al despertar, solo me encontre, en la fria celda de tu corazon.