Los gendarmes bajo la luna
La persecución de los miserables
Madre tu asomada a la noche por una rendija
De la ventana
Con un susto de cuchillos en las manos,
Interminables las balas afuera,
Tu sola, madre,
Yo, oyendo los disparos a mis siete años,
Y el olor de los lirios,
Algodones y alcohol en el barrio,
Policía y ladrón,
Caballito de fuego en los almohadones,
Corazón por la boca saliendo:
Estrellas escupían muchachos ensangrentados;
Madre puño de puñal en tu alma
Larga la hoja del filo no era tu sueño,
Cuidando,
Era tan solo un niño durmiendo
Juan del callejón
Muerto,
Otro pobre chaval, no era el miserable,
Comprendo,
Sino aquel otro oculto
En una cama de oro bermejo.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!