Preso, en las comparaciones abstractas de una celda
oscura ambición del hombre que te mata,
atando tus manos a la vera de una reja
golpeando la espalda con botas de escarlata,
preso, el olor de la fauna agobiante,
un capullo que esconde el sol de la mañana,
grises en las paredes, humedad radiante,
vestigio ambiguo, entre la sombra inhumana,
preso, en distracciones y verdes uniformes
en cada pasillo que a los pasos, te goteabas
la entrepierna desnuda, dejándote conforme
cuando los botas se iban hacia la otra parada,
preso, de la angustia de aquellas embarazadas
en el goce sarcástico de pupilas malditas,
vejando hasta el alma, secando las miradas,
contando los días, hacia la muerte bendita,
preso, y presos ellos en su conciencia marchita
viejos gladiadores de la sinarquía sin dueño,
preso, quedó el cuerpo, en la electricidad que quita
el dolor, pues tal vez...hasta parezca un sueño!