Preguntaré por ti
de nuevo, sí, de nuevo,
como la tarde que en la arena te buscaba,
como la noche que sin luna te lloraba,
¡ay!, como el silencio que mis ojos añoraban.
Preguntaré si acaso volviste la mirada
y hubo alguna brisa, algún destello
que tu paso aminorara.
Iré sobre tu senda
a extraer el eco
y a robar la voz que en tu boca yo besara.
Preguntaré de nuevo, ¡ay!,
preguntaré de nuevo
si el amor se fué amarrado en tu belleza,
si te llevaste la última mirada.
Me quedaré callado,
sentado en la ventana,
tan solo mirando el anochecer en vela,
acariciando tu ausencia y el dolor del alma,
preguntando el rumbo de tu huella,
¡ay!, llorando en el atrio a una estrella.
Preguntaré de nuevo, sí, de nuevo,
si alguna vez interrogaste al mar
y aquella copla enamorada,
y si te fuiste callada
como la ola abandonada.
Preguntaré por ti, ¡ay!,
preguntaré en el alba…
Sí… para dormirme en la ventana
con la luna que besaba
y darle a la mañana el beso que faltaba.
Me quedaré esperando por si un día me llamaras,
¡ay!, me quedaré esperando…
Me quedaré llorando, ¡ay!,
me quedaré esperando…
Salvador Pliego