Tengo el infinito concentrado
En un pequeño corazón
Por el que ya trasiega la vida.
Es tan chiquito y tan fuerte
Que solo late a impulsos de futuro
en un ser que ya empieza a definirse.
“Cuando te vimos latir,
tres corazones latieron
al compás de la esperanza;
tres centímetros de vida
tres mundos, un universo.”
Un impulso, antiguo y nuevo,
vela ya tus movimientos, tus gestos
que en los nuestros se derraman
como flores primeras de un almendro.
Contigo naceremos otra vez
a una vida hermosa y agitada
que pide ya tus manos y tu mente,
tu generosidad, tu fe, tu continente.