En la orilla del mar yo te esperaba,
deseando tus besos encontrar,
y teniéndote entre mis brazos,
las campanas tañerán,
anunciando al universo nuestra unión,
ávida de tu amor atesorar,
y así aislarnos de este extraño mundo,
del que no nos sacarán.
Ven amada, refúgiate junto a mi,
y que ambos podamos contemplar,
en el mar, la clara luz de luna,
donde los amantes van.
Celoso de tu serena belleza,
ansioso estoy de poder hospedar,
en mi pecho tus íntimos anhelos,
que escondidos en tí están.
Mi adoración por tí, es tan inmensa,
que no puedo vivir sin inhalar,
el aroma que emana de tu piel,
y que alimenta mi afán.
Es el motivo de no querer perder,
el miedo de no poder conservar,
el preciado trofeo de tu afecto,
que otros levantarán.
Sin tu amor ya sabes que no soy nada,
mi ínica esperanza es expirar,
salir pronto por la puerta trasera,
mientras otros reirán.