Me trajo manjares de la orilla del mar,
armó su inocencia de agua salada,
con peces y redes, se puso a jugar,
me dijo que estuvo espiando su hada,
y que se acercaron los duendes pequeños,
los que observaban todo, desde los sueños.
Me sentí en compañía, me dijo,
"¡Ay, mami!,
tiraba la red, y ¡había tantos peces!
que quise traerlos todos para ti"
Y estaba vestido de inocencia y barro,
¡mojado hasta el cuello!
su carita sonriente le pudo a mi enojo,
miré su red que venía ¡tan cargada!
y le di un abrazo tan fuerte, ¡Tan fuerte!
traía en su carga, sonrisas de sol,
caricias de cielo, y algún caracol.
- Qué suerte mamita, que pude traerte
las joyas más bellas que encontré en el mar,
te traje mil sueños,
para que nunca-nunca dejes de soñar,
y las ilusiones, están allí abajo,
para que las guardes como si fueran coral.
Todas las riquezas que encontré las traje,
y las que me trajo el salado mar,
hoy te las entrego para que las guardes,
yo sé que nunca las vas a tirar...
porque son los sueños, que tanto anhelaste,
y las esperanzas déjalas volar.
No te asustes mami,
que si vuelan alto, pronto volverán,
y traerán con ellas tu regalo amado,
y también te traje agüita de mar,
ese mismo mar que quieres cruzar.
¡Vamos mami! ¡Tómame la mano!
¡Que juntos podemos volver a empezar!
Elsa Fariña
26/04/04