Propaganda Política

Esta mañana, en la calle,
pude ver una pancarta
sobre un poste de alumbrado.
En ella, una falsa sonrisa
y una mirada zorruna
trataban de convencerme
para que, en el mes siguiente,
(sin lugar a duda alguna)
vote por no-sé-qué-liendre
para ser MI diputado.
El problema no es el poster
y, menos, su contenido;
el problema es que ese poster
se encontraba repetido
en cada esquina, en cada poste,
en cada muro y lugar
y hasta, en forma gigantesca,
en cada anuncio rentado,
llamado "espectacular"
por la noche iluminado,
con insistencia grotesca.
Te recuerdo, ciudadano,
que por cada "cartelito"
colocado en sitio urbano
(y hasta en las carreteras)
tú y yo somos los "paganos"
pues, aunque no lo queramos,
toda esa publicidad
salió de nuestras carteras,
de nuestro propio trabajo;
a través de sendos fondos
para financiar "campañas",
ya previstos por la ley.
De entre tantos candidatos
postulados y aspirantes,
de los diversos partidos,
sólo unos pocos serán,
en votos, favorecidos;
pero TODOS se promueven
y se hacen publicidad
a costa de "nuestros" bolsillos.
Y no se vale, en verdad,
todo el billete que mueven,
por personal vanidad,
esa caterva de pillos.
Se me hace excesivo el gasto,
dada la actual situación
(la que atravesamos TODOS)
en un país de pobrezas,
de carencias y miseria.
La economía es cosa seria
y no me parece prudente
gastar esas cantidades
a costa de tanta gente,
en nuestras comunidades
para, políticamente,
promover a personajes
que, con raras excepciones,
son puras mediocridades
con bastardas ambiciones.-
Eduardo Ritter Bonilla.