En el viejo cementerio
donde yacen las palabras
ya sin vida, del ayer,
escrito sobre una tumba
está un nostálgico epitafio
con caracteres grabados
en una lápida gris,
desgastada por el tiempo,
que, a la letra, dice así:
Aquí yace un gran amor
que murió en su nacimiento
de pena, de sufrimiento.
Aquí yace un sentimiento
al que mató la indiferencia,
la nula correspondencia
por parte de una mujer.
Aquí descansa un querer
tierno, fiel, apasionado
y un corazón destrozado
que nunca alcanzó su sueño;
aquí descansa su dueño
que, ante el adiós y el olvido,
se sintió de amor perdido
y acabó por perecer.-