Todos mis versos tienen por costumbre hablar de amor y aunque en amores lego, juego con él, con sus disfraces juego, helados unos, otros como lumbre. Con el amor me elevo hasta la cumbre o en sus abismos me entretengo luego. Si dice que se va, jamás le ruego. Le oculto mi dolor y pesadumbre. Si vuelve, permanezco inalterable. Lo dejo ciertamente que hable y hable, testigo de sus múltiples vaivenes. Bien sé que si se va pronto regresa, por eso ni me angustio ni me pesa cuando me manifiesta sus desdenes. Heriberto Bravo Bravo SS.CC