LA TIERRA QUE ME VIO NACER

Hoy me enlaza un viento de reminiscencia.

Bendigo la noche de estrellas,

el canto de alegría de los gorriones

que vuelan cuando el sol abraza la calle de siesta dormida

entre flores de paraísos

y la sombra del sauce que escribe mi canto.

En mi voz está la tierra, el respiro de los surcos,

el fuego encendido  del viento Zonda.

 Los pasos del silencio que se detienen

  y solo mi tarde sueña los girasoles

 entre los lirios y los juncos sanjuaninos.

En mi mirada está la tierra con algarrobos que esperan la lluvia.

En mi mirada esta la tierra  con  racimos cargados de esperanzas,

 en el hombre que reza, por la ternura del agua

 la caricia de la brisa  y  el país que duele.

Cuando de retamos encendidos de verano,

mi tarde sueña el cielo natal encendido de estrellas.

Mi soledad viajera me lleva por el canto de sus ríos.

Yo sé extrañarte sin decir adiós tejiendo versos sobre las alas de un pájaro.