Código de libertad

Defraudada dualidad de los sueños,
es semejante como el auto vicio.
Muerdo un poco de mi sueño ficticio
y de lo que soy el único dueño.
En mi miedo oculto terribles pesares.
Busco el frondoso rincón del olvido,
nadie sabrá de lo que he temido,
ni cuanto azotó en mí los avatares.
Sospecha de la ignorancia en el rincón
del cielo. Escupe el cerebro su razón,
en la mente nada se perpetúa.
Me pide santo y seña para ser libre.
En la vida no camino, corro como liebre.
El actor que llevo en mí, nunca actúa.
Autor: Alcibíades Noceda Medina