Profundo se hace el silencio,
La noche se entrega tan obediente.
En sus largas horas de conticinio, tan callada,sumisa se desviste.
Serena,quizás tan anhelante,
en ese susurro de silencio,
Los recuerdos son tan fragantes,
que solo en ese mudo conticinio,
logro ver tu cuerpo cimbreante. Junto a mis labios callados,
y mis manos inquietas,
Los deseos no se hacen timidos,
diciendo mucho aquella galería abierta.
Acaso tu en tu silencio,
¡tus labios no callan!
Pero tu mente,en horas de conticinio,
solamente para mi habla.
SOL.