Gracias, Señor, por el pan que nos das día con día,
por la unión, por la alegría de los hombres, mis hermanos.
Por los ojos que me miran con bondad y por las manos
que se juntan en un gesto de ternura y armonía.
Te doy gracias por los labios que sonríen para darme
un mensaje de cariño, de amistad y comprensión,
por aquellos labios dulces siempre prestos a alentarme
con sonrisas que se quedan plenas en mi corazón.
Gracias, Padre, por aquellos que me escuchan con paciencia,
por la luz de mi conciencia, por tu amor y por su luz.
Sobre todo te doy gracias por la gran benevolencia
que Jesús mostró por todos al morir en una Cruz.
Te doy gracias por María, nuestra madre la más bella
bendecida y elegida entre todas las mujeres,
por el mar y por el viento, por la luna y por la estrella
y por ser mi Dios, mi Padre, y por ser, Señor, quien eres.
También debo darte gracias por las penas, el insulto,
el engaño, la injusticia, la terrible soledad,
los fracasos, las ofensas y la gracia de tu indulto,
por las veces que ignoraba tu infinita potestad.
Y por mis desilusiones y mis desesperaciones,
por mis penas y alegrías, la salud, la enfermedad.
Por la fe que en mí sembraste y por tantas bendiciones
por las que continuamente me regalas tu heredad.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!