Dioses y leyendas.

Mucho tiempo atrás cuenta la leyenda de una aldea en la que nació una persona sin igual..
Comentan voces del mas allá, que escucharon a los dioses murmurar cuando se vieron amenazados por una fuerza sin maldad, otro dios que venerar, tan perfecto, que no había que temer como se temía a todos los demás..
Una damisela encantadora encontró a esta persona, cuando iba de camino a su oración matinal, para que su dios no la castigase si un día no fuese a rezar..
Sobre un tronco sentado permanecía inmóvil el torso de un joven poco agraciado, la bella damisela paso de largo, pero rápidamente algo le hizo parar en seco, era un llanto..
La joven dio la vuelta y preguntó; estas bien? Pasa algo? – el joven llorando explico su desesperación -
Pero ella no le entendía, hablaba nervioso y con prisas.. cuando el chico se tomo su tiempo pudo explicar..
Que fue engendrado aquí por equivocación, que estaba destinado para un fin mejor.
La chica no entendía lo que decía, pero quiso escuchar al joven, pues tenia un brillo en su mirada que denotaba bondad..
No has notado que conforme mas alto eres, mas montañas ves? – Dijo el –
- A que te refieres, que quieres decir?
( mientras intentaba hablar mas con el, mas interesante se hacia la conversación, conforme pasaba mas gente alrededor, mas gente encandilaba )
Lo llevaron a una casa de uno de los aldeanos y lo acogieron allí.
El contaba hazañas dignas de recordar, conforme mas decía, mas verdadera se hacia la historia, sus ojos trasmitían fuerza y felicidad.. casi podía oírse el sonido de su corazón al hablar de algo que le hubiese ocurrido..
Al poco tiempo mas gente empezó a verlo a la casa en la que residía, asombrados por tantas aventuras y tantos conocimientos.. y al tiempo esa casa paso a ser un santuario… los dioses mosqueados mataron al joven mientras dormía, su corazón enmudeció, el joven, sin tristeza antes de morir pensó.. que no hay victoria sin sacrificio, ahora es recordado para siempre, simple y llanamente, por haber tenido mas imaginación ,que cualquiera de los demás leñadores o pastores a los que no le importaba nada el pueblo ni se molestaban en conocer a nadie..