EL COLUMPIO DE LOS DEMENTES
Soy de otro tiempo,
de los antiguos y raros,
si así lo deseas.
Extraño, siento y temo.
Ocasionalmente hambriento,
mugriento y harto.
Me gusta perderme,
esconderme en un lugar oscuro,
lejos de todo,
de mi, incluso,
de la gente y de mi vértigo.
Soy viejo.
Soy gruñón.
Soy un espectáculo sin público,
que ríe cuando no le observan,
que llora y se miente,
ausente,
en una guerra sin violencia,
en un teatro indecente,
postrado en la sucia barra del bar
donde solo sirven agua
que beber nadie quiere,
y yo la bebí
con la urgencia del que nada tiene.
Soy de los antiguos.
Soy un trapo oscuro.
Soy el rincón de llorar.
Soy el paraguas roto
en el jardín que dejó de serlo,
donde solo quedó un columpio,
el columpio de los dementes.