un beso y adios

Un beso, sólo un beso y nada más, es lo único que puedo pedirte al final de nuestra rela-ción, no puedo irme sin despedirme, no puedo permitir que tu lo hagas y quedarme con los brazos cruzados después de que te vas. Te quiero tanto que me parece ilógico, irra-cional. Pero sé, perfectamente bien que esto no puede seguir, no así, no podemos seguir engañándonos. No podemos seguir diciendo al mundo de allá arriba que somos los mis-mos que hace tiempo jugamos al amor.
Un beso, sólo un beso; que al calor de tus brazos viviré eternamente, sentiré la sombra de los años entre tu y yo y sabrás que el tiempo pasa sin tomar en cuenta lo mucho, poco o nada que viviste, que vivimos al amarnos.
Sólo un beso, que a él me entregaré como lo he venido haciendo desde que te conocí. Desde que de amor me perdí en tus brazos...
Sólo un beso que en tus brazos reviviré ese recuerdo de un ayer tan hermoso que me ma-ta, a cada paso que doy y en cada amanecer que vivo recordándote, extrañándote y como siempre, amándote.
Un beso, sólo un beso y nada más. Que quiero tener al menos una dulce despedida.
No quiero irme extrañándote, pero ¿cómo amor? ¿cómo? ¿Cómo pides que me olvide de tu risa, de tu aliento y de tu voz, de ese suspiro que a cada mañana me hacia recordar que no estoy sola? ¿Cómo quieres que te olvide si ni siquiera puedo voltear a verte para que tranquilo te vayas dejándome aquí? No puedo evitar el llorar en esta despedida tan cruel que me arranca la vida de un tirón y no me la devuelve por más que suspiro y te ruego "no te vayas" y al mismo tiempo te imploro y te reivindico lo que ya sabes: "tienes que marcharte"... así pierda la vida en ello. En el intento de olvidarte y convencerme de que fue lo mejor que pudimos hacer.
Cuando al fin convencido cruces esa puerta y salgas dejándome aquí te darás cuenta de que es imposible volver...
Un solo beso, dame un beso nada más...