Te amé en silencio, así lo quisiste.
Me mordí los labios para no nombrarte,
dejé de mirarte, tu me lo pediste
porque a ella cuidabas como un estandarte.
Y te amé en penumbras, donde me pusiste,
creyendo en promesas, sin abandonarte,
viviendo encerrada en mi mundo triste.
Por miedo a tu ausencia no pude dejarte.
Y te amé en silencio, como preferías.
Siempre entre las sombras tomabas mi mano,
la mano que ahora dejaste tan fría.
Me quedé desnuda de tu amor un día
cuando te marchaste a un sitio lejano
siguiendo sus pasos, porque la querías.