Todo puede ser,
un caminar tranquilo,
un árbol de cristal,
una estrella de agua,
quizás unos párpados en el cielo,
todo puede ocurrir,
quieres cubrirlo todo,
hacerlo tuyo,
algo real,
lo miras, lo piensas,
ó lo sueñas,
pero lo sientes perdido,
se te escapa de las manos,
como recuerdos invisibles,
que viajan por tus ojos,
como imágenes borrosas,
que flotan en la espuma.
Vistes de sueño tus ojos,
como una nube de otoño encantada,
y sientes su piel,
su cabello, su mirada,
y entonces sí te das cuenta,
que eso si es real,
que lo demás es un instante,
un relámpago,
ó una tormenta de árboles nocturnos,
de dias sin fondo.
Esta vida,
lo que queda por vivir,
la vivida,
es una marejada de rostro sin tiempo,
una tarde que se derrama,
mientras me abrazo a tus pechos,
tu piel, tu cuerpo,
y me pierdo en ese pozo sin fondo,
que es tu mirada,
abrazador fulgor,
largo pensamiento que me recorre,
esfumando mis rostros perdidos,
mis sueños de nostalgia.