Llámame, si sola estás,
si te invade tristeza,
melancolía ó algo más,
abandona toda pereza...
Llámame, no dudes más,
mi tristeza es compañía,
la melancolía me sigue detrás,
ya no soy tuyo, tu no eres mía.
Llámame, yo te quiero llamar,
y cuando a tu número me quiero acercar,
una voz me dice que te he de olvidar,
y sigo marcando, aunque así me vas a apiolar.
Llámame y si no deseas llamar,
me llamas, me cuentas y tal vez ya está,
pero llámame, te he de escuchar.
Y mientras espero tu llamada,
tu relato imagino,
a primera hora de la mañana,
tal vez a la caida de la tarde,
ó en la noche oscura algo estrellada.
Llámame
para poder decir
que te amé,
que te amo
y te amaré...
Y si así lo quieres,
marcharé dónde tu sabes
en la desierta isla
dónde desaparecen
los grandes amores,
dónde se ahogan
todas las pasiones.
Enrikt