CUIDATE DE LUCIFER

Con la boca llena de penas
y con el corazón reventado
así camino esta senda
por el demonio acompañado.
El me anuncia mi castigo.
El que a la perdición me llevó
diciéndome que mi pecado
alcanzaría la redención.
El me daba en abundancia
cuerpos lindos como flor.
Y yo los tomaba y bebía
el dulce néctar del amor.
Sin importarme si ella sufría
o si sufríamos los dos.
Que yo de nuevo buscaba
para mi aguijón otra flor.
Y así bebía y bebía
hasta que al fin se me acabó
el placer que yo sentía
bebiendo mi perdición.
Y es que un mal día
el aguijón se me ablandó.
Y con él ya no podía
beber el jugo de la flor.
Y cuando ya al fin no puedo
embriagarme de tan extremo dulzor,
noto que me queda a mi lado
quien me habló de esta razón:
Yo soy Lucifer el Grande
quien hasta ahora
tanta felicidad te regaló.
Y vengo para cobrarme
hasta el último favor.
Ya tu alma es toda mía
y tan sólo te dejo el dolor
de ver que las flores perfuman
pero que tú no alcazas su sabor.
Pues ya no tienes alma
que es la cuna de los sentidos.
Ahora tan sólo te queda
un cuerpo viejo y aterido.
Pues sin alma sólo eres,
un puto viejo y manido.
Y si pensastes que el infierno
se encuentra bajotierra,
Yo te digo que el infierno
en el corazón tiene sus señas.