¡Nunca jamas!

Cuando veo una lagrima en los ojos de un niño,

cuando veo una mujer maltratada,

cuando una familia no tiene para comer,

cuando un hombre es pisoteado,

yo quiero estar ahí.

Deseo estar ahí para evitar tantas injusticias,

que mi mano impida tanta impunidad,

que mi corazón se entrometa ante tanta maldad,

para evitar que alguien continúe siendo violentado,

que nadie sufra alguna iniquidad.

Nunca dios permita que prevalezca la oscuridad,

que jamás exista persona lastimada,

que nunca nadie sea dañada,

y que siempre sea impedida cualquier atrocidad.

Solo el Señor sabe la forma de parar tanta villanía,

ya que un hombre resulta insuficiente para ello,

sin embargo la unión de todos aquellos que combaten la impiedad,

pudiera ser necesario para detener el miedo

y hacerle frente a aquellos que predican la maldad.

Llegara ese mañana diferente,

en el cual todos nos veamos como hermanos

y que el sol se levante con un rostro magnánimo,

Con una sonrisa radiante y luminosa,

Regalando cada uno de sus rayos

y es cuando nos empezaremos a ver como seres humanos.