El calor de tu morada

En el eco dormido de tus besos
despiertos en el alma silenciosa,
se acerca con malicia deliciosa
un torrente llameante de embelesos.
Siento el sollozar de cuerpos presos
cruzados por el ala sigilosa
de la cruda pasión tan caprichosa
que nos deja vencidos pero ilesos.
Abriendo la ventana de tus labios
presiento cuando tiemblan tus antojos
y palpo cuando mueren tus resabios.
Muerdo el rayo de luz de tu mirada
perdida en el aplauso de mis ojos
atentos al calor de tu morada.
LAUREANO MARCANO N.