Algunos hombres son tontos
o se hacen, por molestar;
desprecian lo que ya tienen
para basura buscar.
Se van perdiendo en caminos
que les son casi prohibidos,
entre luces y sonidos
por muchos, ya conocidos.
Encuentran la falsedad
de besos y de caricias,
de cuerpos y de delicias
que aparte, deben pagar.
Pero mantienen en sombra
el amor limpio y sincero,
de quien no busca el dinero
y por amarlos, no cobra.
Pero tengan bien en cuenta
y que ella jamás se entere,
porque si acaso le hiere,
seguro cierra su puerta.
Y para volverla a abrir,
pasarán mil desventuras
así que, mucho cuidado!
desechen las "aventuras".
Mi estimada amiga: Extraordinaria apología a la fidelidad. Totalmente de acuerdo contigo, y me sumo a la opinión que expresas en el título del poema: ¡Qué tontería! Felicidades y tus diez muy merecidas plumas, (éstas, ¡de avestruz!).