Mi amor campesino...

Yo era un hombre sencillo,

Criado en el campillo,

No conocía de lujos,

No vestía corbata,

Era un hombre modesto,

No sabía de cantinas,

Ni de mujeres nocturnas,

Ni de incómodos vicios,

Ni de malas costumbres.

Yo era de humilde vivir,

Nadie me había hecho sufrir,

Tenía mi terruño,

Muy cerca de la montaña,

Con mi choza de madera,

Con mi perro guardián,

Y mis ganados pastando.

Recogía leña para el fogón,

Cargaba agua desde la quebrada,

Madrugaba para el cultivo,

A los ganados llamaba.

Cada quince días bajaba la ladera,

Por el camino serpenteado,

Sobre mi burro orejas negras,

Hasta llegar a mí poblado.

Compraba víveres,

Un tanto de aceite, un tanto de sal,

Era poco distraído,

Era soltero y solitario,

Pues la soledad me llevaba.

El amor no estaba en mis libros,

Pues era un poco desconfiado,

Y a mi vida no había llegado,

Se mantenía a distancia,

Retirado y de lejos.

Mi amor era cerrero.

Hasta que un día de sol,

De viento y brizna fresca,

Me trajo el dulce al paladar,

Un sabor nuevo a mi vida,

Era mi complemento,

El todo, mi felicidad.

Era una mujer alegre,

Que me hizo reír y llorar,

Aflojó mis temples,

Y flaqueó mi cuerpo,

Me llenó de pensamientos,

Revivieron mis sentimientos,

Y de un golpe me abrió los ojos,

Y me enseñó a amar.

Autor: Necho Vargas