QUEDAREMOS POR SIEMPRE LIMPIOS

Que ya no tengo penas.
Que la pena mía se ha ido.
Que ya no tengo penas.
Que las penas se me han perdido.
Tan sólo tengo la arena.
La arena fina del río.
Con esta arena tan fina
me voy a hacer un castillo
donde yo con mi morena
haremos que nazca un hijo.
Al niño le pondremos gloria.
pues gloria bendita ha sido
el yogar en templo tan frágil
con nuestros cuerpos entrecosidos.
Luego cuando el niño nazca
los tres nos tiraremos al río.
Y así,
purificados por el sagrado líquido
y vestidos con junquillo y con limo
iremos a la tierra santa
como devotos peregrinos.
Por ello ya no tengo penas.
que las penas de mí han huído.
Pues sé que en llegando a Belén de Judea
nuestro niño será bendecido.
Que allí en un humilde pesebre
el niño Diós ha nacido.
Y esperando queda impaciente
para jugar con nuestro hijo.
Y por darnos vestidos nuevos
y un baño para que el limo
se desprenda de nuestros cuerpos
para que por siempre quedemos limpios.