Ebro tranquiliza el discurrir

Ebro tranquiliza el discurrir,

Que parezca que pasas sin pasar

Y no te apene llegar al mar,

Al final todos hemos de morir.

Déjame al albor,  frescos los ojos

De mirar,  tu fondo que no es de cristal.

Si la luz te quiere hacer brillar,

Devuélvele al cielo,  ondas de claridad.

Y yo mientras a caminar o a escribir,

Hasta que la noche te oculte

Ebro verdinegro y aun más bello,

Ebrio yo de hidrópica beldad.

Cuando oscurece y no luce la rosa,

Cuando el ave vuelve al nido

Y la luna pálida asoma,

Sigues tu paso

parecido,  pero nunca igual.