La altura en el cantón
De los Grisones
Parece más altura
Y los picachos,
Los riscos que acarician las estrellas
En esas noches limpias del verano,
Parecen como espadas asesinas
Que pujan por llegar al cielo mismo:
Las rocas escarpadas
Levantaron
Aquel acantilado como un muro,
Luchando contra el viento, sosteniendo
Con fuerza las columnas de caliza,
Amigas de las lluvias y las nieblas.
Y, al fondo,
Entre las nubes, cada valle,
Cada lugar recóndito en el valle:
Los prados,
Que madrugan con las nieves;
Los árboles, que duermen silenciosos,
Y arroyos que murmuran y se lanzan
En un salto mortal hacia el vacío.
La altura en el cantón
De los Grisones
Parece más altura y sus picachos,
Los riscos que acarician
Las estrellas
En esas noches limpias del verano,
Parecen como espadas asesinas
Que pujan por llegar al cielo mismo.