Querencias.

No quiero ser un punto en esta vida
de los fieles arrebatos consabidos
ni tampoco el as de una partida
que en la mesa divide los olvidos
no quiero protegerte en los silencios
porque abunda el pecado del oído,
ni siquiera perder en el intento
ni ganar a la hora del latido,
no quiero proceder mancomunado
con la espina de la rosa en la herida
ni decirte que me siento enamorado
porque basta una mirada en mis rimas,
no quiero alabarte en demasía
ni bajarte del peldaño ya quebrado
ni tampoco pensar que eres mía
cuando aún la noche no ha marchado,
no quiero fantasear con la vivencia
de saber que el santo desconfía
ni tampoco buscarte en conveniencia
ni olerte en la paz de una poesía,
y no quiero que me hables de futuro
porque me mata tu presente cada día
solo quiero que me ames en el fruto
de aquel tallo que nació cuando moría!