No limites, pedante, no definas
La fuente del magnífico universo
Origen misterioso de mi verso,
Ni ultrajes al Creador con las doctrinas
Del vil infierno donde estás inmerso
No es dios el que predique algún bigardo
Osado, que piedad y fe deforma,
Y altivo dice conocer la forma
En que Dios ejecuta, tan gallardo
Su obra, la moldea y la conforma.
Es Dios tan colosal e indefinible,
Que todo esfuerzo humano es arrogante
Cuando acota atrevido y querellante
La causa misteriosa, inaprensible,
Que escapa a su juicio delirante.
Acierta mucho más quien es humilde,
Y deja a la creación, y a su concierto,
Hablar con su lenguaje claro y cierto,
Que acierta hasta en la coma y en la tilde,
Y así enaltece a Dios sano y liberto.
Penetra y profundiza en lo posible
Las fuentes y las causas del misterio,
Con medios y talante agudo y serio,
Entiende su grandeza, y apacible,
Cede la gloria a Dios con buen criterio.
Y así con todo gozo y confianza,
Sin tratar de encerrar en un bolsillo
Al Dios omnipotente, muy sencillo,
Admira el universo en su alabanza,
Y no te comas más el colodrillo.
me encantó como expresas el cambio, los pequeños detalles que marcan la infancia de otros momentos. Un bonito poema con un final colosal. Mis felicitaciones por el y mis diez plumitas para celebrarlo. Un abrazo. María