Se tiñe mi ambiente de repente.
A la gloria también llega el ocaso,
de la delicia de ayer recojo retaso,
mueren los sueños y cambia mi suerte.
Asecha la ruina enturbiado torrente,
que en el mismo yo me siento preso,
olas del destino impide mi regreso,
en el paladar ya hay sabor a muerte.
Vencí al miedo, vi vagabundos brindando
a mi salud, con todos los honores,
incitándome a brindar con licores,
diciéndome goza y siga amando.
Todo quedó atrás como titulo y diploma,
la muerte que asechaba se desploma.
Autor: Alcibíades Noceda Medina