Debajo de aquel balcón,
te besé porque te amaba,
tú fingías que me querías,
nunca pensé que era burla.
Cuando descubrí la verdad,
se desmembró mi corazón,
Me aparté de tu presencia
y lo conseguí sobrellevar.
Hoy todo lo veo distinto,
se sostiene en el recuerdo,
enseguida logré olvidar,
y empecé a sentir otra vez.
Ése fue un cariño sincero
como jamás imaginé tener.
Ahora doy gracias a la vida,
por continuar entusiasmada.
En mi alma no permaneció
ni siquiera la impasibilidad.
El agravio que me ocasionó
se borro de mi pensamiento.