Los Pequeños Detalles

Cual diminuta hormiguita cavilando en misterios eternos
me encuentro muchas veces pensando; pensando razones.
Son los pequeños detalles los que me hablan de ternura
de ternura y mucho amor. Me estremecen y enternecen
los detalles que El Señor ha diseñado con esmero,
dulce esmero en la creación. Los aprecio y agradezco feliz
conmovida por tanto tierno don. Valido de eternas leyes
ha dejado a través de siglos por los siglos, muchos ciclos,
oficio y tema para la ciencia, para la ciencia y sus hijos.
Fotosíntesis, reproducción nitrógeno, oxigeno, agua bella.
Ni la casualidad ni el azar son posibilidad. Todo lo creado
está cabalmente planeado, colmado de consideración.
Día a día nos provee lo necesario Y nos añade emoción.
Sabiamente programada dentro de cada fruto
diseñada y bien guardada viene la información.
“ADN” como al humano le pasa también le sucede al bruto.
Los árboles y los pulmones intercambian en función;
al hacerlo se preservan contribuyendo cada uno
a nutrir con alimento a sí mismos y también a la nación.
Delicados pétalos de flores, coloridos para recrear nuestra visión.
Olores de deliciosos perfumes para animar y alegrar al corazón.
Muchos frutos ricos en nutrientes, texturas, fragancias y sabores.
Indescriptible sustento ideado por el Señor de los señores.
Nos entrega creado el mundo inundado de belleza y perfección,
Y nos añade la emoción de percibirlo, observarlo y disfrutarlo,
Sorprendiéndonos con una magistral y admirable conexión.
Oído y olfato para percibirlo; vista para poderlo observar
Y gusto y piel para saborearlo, sentirlo y poderlo disfrutar.
Poder escuchar felices el canto de las ranas y de los pajaritos
así como el murmullo de los ríos y el ronco rumor del mar.
El rostro de los queridos poder ver y del beso la caricia tener.
Cálidos y tiernos abrazos ser capaz de recibir y ofrecer
Y de hacer el amor con amor al ser amado, ese amado ser.
El infinito don, de como El artistas poder y querer ser.
Y expresar felicidad plena a través de artes bellas;
y descubriendo el solfeo escribir música buena.
Y en un lienzo, en un muro o un papel, poder plasmar
de sus delicadas y maravillosas bellezas grandeza.
Si una bebé hormiguita a su madre preguntara
cómo hizo el hombre para que la computadora funcionara,
y ella explicarle pudiera, entonces para mi hijita
respuesta yo encontrara, cuando asombrada y curiosa
muchas veces me pregunta: Mamá, cómo hizo Dios
para que la piña sea tan dulce y qué tan delicioso oliera?
Y cómo es que ven los ojos, y qué me hace que te quiera?
Abril 22, 2006
11:00 p.m. Emperatriz Sanclemente Saavedra.