Mírame los labios, anda y dime cuanto quieras, ya no es importante,
ahora tus destellos de belleza me son indiferentes,
no acerques tus manos buscando las mías que en ellas solo hay rencor y desprecio en cada centímetro de piel,
ahora veo todos los defectos que al aderezo del amor me sabían a humores de diosa,
duele verte de una manera tan terrenal, tan humana, ya no encuentro ese inmenso anhelo de verte entrar por por la puerta la cual tú misma decidiste cruzar cuando te fuiste,
ahora solo encuentro en mi corazón una y otra vez rutas de salida que llevan tu nombre,
¡qué triste! saber que eras una simple mujer, definida solo por un sexo,
que tus gluteos ya no provocan más que lástima a estos ojos que antes vivían para soñarlos,
ayer te vi caminar hacia mí y lo único que sentí fueron ganas de correr a otro lado en donde no estuvieras,
creo que tengo un serio problema, vi en ti a una diosa, a la inspiración de la vida, la perfección en todo, y ahora no me cabe la menor duda, el amor te vuelve un tonto,
pero que bueno,
que bueno que te fuiste, por que al volver abrí los ojos y te vi a ti. . a una simple mujer.