Un minuto sin ti

Tengo sed de tus ojos
el sabor de tus caricias
aun revueltas en la cama
me aguijonea en latigazos
mi cielo de soles fugitivos
te extraño
te espero sin poder esperarte
¡tengo sed de tus ojos!
En el desierto de nuestra habitación
sin ti
aún escucho los susurros compartidos
y la melodía de tu risa,
como mil violines encendidos
sofocando mi impaciencia
trascienden el frío de los
almohadones esparcidos.
¡mi desesperación es inhabitable!
Las llagas en mi espalda son insoportables
necesito tu ternura abrigándome
necesito tu bondad protegiéndome
necesito tenerte
amarte es decididamente tormentoso
vertiginoso y mil veces encantador.
El rubor celeste azul
de nuestros besos de madrugada
en las cortinas
permanecen zigzagueantes ;
y el reloj de madera
con cada giro de agujas
asfixia mis manos,
Mar de gaviotas en llamas
esta habitación
agoniza sin tí
Kamilah