Hoy no entiendo por qué,
siento este vacío dentro de mi ser,
y un hondo respiro de tranquilidad
quiere en mi vida volver a nacer.
Me abruma pensar en tus ojos,
en tu tierna y cálida mirada,
quisiera descubrir tus antojos,
dando a mi vida una nueva esperanza.
Busco dentro de mi,
algo que me haga cambiar,
algo que me de por fin
el secreto para no llorar.
Le imploro a nuestro Señor Jesús,
poder escuchar su voz,
que me enseñe la luz.
que me tranquilicen sus pasos,
y en completa quietud
cobijarme en su regazo...
Para que me enseñe el camino
¡¡hasta el cielo de tus brazos!!