Lujuria es tu nombre,
lo sé cuando me miras,
lo sé cuando me besas
con tus labios de lava
y tus caricias de seda,
y es tu cara temprana
hermosa cual azucena
que al caer la mañana
de fresco rocío se llena.
Lujuria es tu nombre
y en tu undívago cabello
hay serpientes de magma,
¡y cuán bello espectro
es tu efigie dorada
con una rosa en el pecho!,
y esa rosa es tu alma
y tu alma; mi cielo
y mi cielo; tu gloria
y tu gloria; mi deseo.
Lujuria es tu nombre,
grabado está en tus ojos
de ágata cristalina,
grabado está en tu aliento;
céfiros de leve movimiento,
cierzos de suave brisa...
Es tu cuerpo un laberinto
lleno de sutiles secretos
y son tus pechos prietos
una tentación para el instinto.
Un aroma de orquídeas
envuelve tu dulce cuerpo
y tu piel lasciva
brilla con el reflejo
de la luna llena
y tus ojos son dos estrellas
que errantes vuelan en el cielo
y yo veo cómo me buscan,
con su lumbre de hielo,
en medio de las tinieblas.
En medio de las tinieblas...
tú y yo; amor y fuego.