Cuando piensas en tu vida
poniendo siempre una linda sonrisa
a todo aquello que haces en el día,
a los seres que más quieres
y a los que no conoces ni de nombre,
sólo por regalar eso tan sencillo,
pero a la vez difícil de sentir,
sonríes en la peor situación,
por no sentirte mal ante ellos,
por no desahogarte contigo misma,
creas ese gesto de forma natural,
también bella y encantadora
que tranquilizaría a cualquier bestia,
como si de música se tratase,
expresas alegría a quien se la das
aunque en alguna persona de esas
a las que le dedicaste ese resplandor,
abundase en ella una gran tristeza,
haría que se olvidase de ella
durante el tiempo en que se cruza
y consigue ver aquello tan bello
que reluce en tu inocente cara.