Si Dios supiera lo que ha creado
probara tu cuerpo, besara tus labios,
oliera el perfume de tus cabellos
o puediera un día amenecer de tu lado,
Cancelaría los diez mandamientos
reconsideraria lo que es el pecado.
Si el angel caído puediera tocarte,
beber de tus besos el agua bendita,
ir hacia el cielo con tomar tu mano
o mirar en tus ojos la eternidad,
seguro que pediría otra oportunidad.
Pero por algo eres mía, solo mía,
para no alterar el rumbo del mundo,
pues yo solo soy el siervo seguro
de tu forma y confección milagrosa.
Si Picasso supiera de tu existencia,
ya no pintaría esos cuadros horrendos,
en cada momento intentaría trazarte
con la misma belleza en todos sus lienzos.
Y en bien de Cervantes Saavedra, el Quijote
recobró su conciencia solo para morir,
pues de haber escuchado de tu belleza
aquel demente nunca dejaría de insistir
en atacar con cucharones los molinos
con tal de conocer a la más bella mujer.
Pero por eso desde siempre fuiste para mi,
para que pudisese existir el cubismo,
para que Dulcinea tuviera a su demente,
Para exista la oportunidad del paraíso
para que los infiernos sigan intimidando.
Y por mencionar otro de mil ejemplos
Tenías que ser solo y para siempre mía
para que el gran Ludwing Van Bethoveen
se concentrara en su quinta sinfonía.
Poco más de un año y sigo dándome cuenta, que tú, Diana, eres sólo mía, para que en el 2012 se acabe el mundo, y nuestra historia siga...