Entrelíneas.

Corre el tiempo y a su merced las entrelíneas
finos conciliabulos de razones bien cubiertas,
esa armadura de inutiles arritmias
de oscilan casi siempre y nunca quedan muertas.
Porque en cada frae que a su determinación escondida
sduce al que la lee, perjudica al que no entiende,
minúsculos códigos donde se percibe la vida
del escritor que somete su pluma y la trasciende.
Son las cualitatiivas menudencias de la filosa
ocasión de mostrarse desnudo ante los suyos,
quedan estancadas en estrofas y dichosas
mueren en el alma cual un oculto murmullo.