Rebeldía (Canto 4/5)

El mal estará representado por todos aquellos

Que simbolizan la perfidia, la abjuración y la falacia

Caídos de la gracia del creador de vidas y mundos

A quienes se castigará y aplastará, como ejemplo para los desafortunados

Que piensen diferente a los dadores de la palabra divina.

¿Y Dios? Yahvé, Cristo o Jesús (hijo de Dios) Osiris,

Amón Ra, Odín, Ormuz, Júpiter o Zeus, Alá, Visnú, Buda, Quetzalcoatl

¡Nombres infinitos!... representantes de la perfección, de la pureza,

De las virtudes más preclaras, representantes de la bondad, el bien

Lo bueno, lo notable, lo insigne… ¡La gloria del mundo!

Son el montaje perfecto, de aquellos que predican

Que hablan por aquellos dioses mudos, interpérritos

Ante los abusos y crímenes que sufre “su” creación

Sentados en una nube de gloria, siempre ajenos

Distantes… juzgadores de vivos y muertos.

¡Aniquilan ciudades pecadoras! Con ayuda de sus creyentes.

Estos Dioses aumentan su poder

Del alimento que da la necesidad de protección y abrigo

De los desesperados, de los humildes, de los simples

Somos creaturas creadoras de imágenes terríficas

Las que se centuplican dependiendo de nuestra urgencia

 Los fuertes, los seguros, los que razonan o piensan

¡Jamás!... precisarán de su creencia

Pero… en esos instantes de abatimiento

En esos momentos de desesperanza, de guardia baja

En esos momentos que acarrea el deterioro de la propia estimación

En esos momentos el desgraciado… se volverá hacia su Dios

En esos momentos implorará, la fortaleza y ayuda que le falta.

¡Tal es el drama del hombre!

Una tragedia de proporciones cósmicas, pero que nace

Y se desenvuelve en la extrema y punzante obscuridad de su alma.