Amas,
penetrando en sus sueños,
besas,
alargando el beso,
hasta un infinito invisible,
ó quizás,
haciendo prisioneros sus labios.
Abrazas,
fundiéndote con su cuerpo,
respiras,
para tomar su aire.
Acaricias,
como si descubrieras la brisa,
y recorres,
recorres su cuerpo,
una, diez,
mil veces,
comprobando,
abrazando su existencia,
viviendo su vida,
haciendo tuyos sus deseos.
Amas,
besas,
abrazas,
acaricias,
de forma diferente cada vez,
descubriendo sabores nuevos,
indagando cada momento,
sintiendo,
recordando,
dejando tu vida en su vida,
tu cuerpo en su cuerpo,
y así,
nos convertimos en una sola persona,
a través del otro,
traspasando el tiempo,
amando,
besando,
abrazando,
acariciando.