Mi playa soledad
Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo
para mostrar al mundo cómo era su casa.
-Bertolt Brecht-
Mi soledad y yo,
hemos vivido y visto ¡muchas cosas!
mi soledad compañera fiel y yo,
sobrecogidos por la bruma de las costas,
en ocasiones no hacemos otra cosa más que naufragar
en nuestra propia y ancha mar.
Pero no todos los días son pérdidas contra las rocas.
en ocasiones, cuando camino por la playa de mi soledad,
me encuentro con muchas cosas
que atesoré antaño entre sus arenas del tiempo ansiedad y saciedad.
como perdido en un laberinto, del que salgo y me reencuentro.
mi soledad se presta para mil y un cosas, y una más.
la caprichosa errante que rehúye de mi con celo
para sorprenderme justo por la espalda,
cuando creo que hasta ella me abandonó.
Inapropiado e imperfecto como soy,
así disfruto y quiero a mi playa soledad,
y sus cálidas arenas me brindan regocijo para dedicarme a pensar.
Luego vienen deprisa como el cierzo,
tan letales y abrazadores con el simún,
las tormentas que sacuden hasta mis cimientos
los acantilados estoicos de mi playa soledad.
Y la vorágine asola con inclemencia
la dicha, el sosiego,
la paciencia y la apacible tranquilidad.
la tempestad de mis odiseas me lanza con brusquedad
a las rompientes que a lo lejos destrozan.
toda oportunidad.
acosado por el miedo y los prejuicios de mi sola soledad
me enajeno, me pierdo y me entrego en los brazos de la mar
escucho el rumor "mal presagio" que susurra a lo lejos la oscuridad.
angustiado cuando puedo
si no encuentro al miedo o la inconformidad
me abrazo a mi ciego deseo de naufragar.
me pierdo, y desespero entre las algas de la adversidad
culpo a mi playa y a su mundo por mi suerte mala y persistente
no aguardo esperanzas ni dogmática posibilidad.
Pero el tiempo más sabio y menos racional
me trae de vuelta tras la tempestad
de nuevo a tus acogedoras arenas
mi refugio, mi consuelo.
mi mejor y dulce hogar.
Me arroja del desprecio y la inseguridad
hacia tus brazos infinitos y sempiternos
atolón tropical de mi soledad.
Uno que otro día tomo uno puñado de ti,
y lo llevo conmigo,
para que no te sientas tan sola te saco a pasear.
Te muestro con orgullo y sosiego
a cuantos te quieran ver y amar;
de ti sale todo lo más elaborado de mi
¡oh, mi playa soledad!
cómo no habría de quererte y odiarte
si así es el completo amar?
El sol siempre saldrá un nuevo día en tus dominios.
y alumbrará nuestro trasegar.
No te vallas que no quiero
pero tampoco me obligues a tenerme para ti en exclusividad.
porque todo lo que en ti aprendo,
es un regalo que ofrendar a los demás.
suspiro con alivio tus aires
y plasmo mis huellas andantes
en tu eterno devenir y reciclar.