HOMENAJE A LOS SEISCIENTOS.

Cuando en España no había
practicamente de nada
vino a nosotros el seiscientos
que la vida nos alegraba.
Ese coche tan preciado
que a tantos hizo feliz
no lo tenía todo el mundo
pero yo lo conseguí.
Pero yo lo conseguí
a base de mucho esfuerzo
pues era el más barato
y le llamaban seiscientos.
Era un coche peculiar
mucha gente lo tenía
se iban a Benidorm
y la familia cogía.
Si eran más o eran menos
no existían los cinturones
el seiscientos los llevaba
pues fue un coche de cojones.
Si el coche se te rompía
en él llevamos repuestos
el taller no lo veía
y ahorramos mucho por eso.
Estos coches de hoy modernos
si se te rompe el motor
tienes que ír al servicio
y te sacan un paston.
Y te sacan un paston
pues con la modernidad
si no llevas al servicio
tú no lo puedes arreglar.
Si el viaje era muy largo
el coche se calentaba
y tenías que pararlo
o el motor se te quemaba.
Como eran otros tiempos
si tenías una avería
algunos de los que pasaban
iban y te socorrían.
Si ahora en estos tiempos
el coche se te avería
allí no para ni Dios
yo a la grua avisaría.
Yo esperaría la grua
me saldría de la autovía
poniéndome el chaleco
y peligro no corría.
Los hacían en Barcelona
y mucho trabajo dió
acudían de toda España
y la Seat los colocó.
Si alguno a mi me invitara
a pasear en un seiscientos
le quedaría agradecido
recordando viejos tiempos.